EDGARDO MALASPINA EN LA CASA DE ANDRÉS ELOY BLANCO EN CUMANÁ

EDGARDO MALASPINA EN LA CASA DE ANDRÉS ELOY BLANCO EN CUMANÁ

sábado, 11 de marzo de 2017

EN CORO

EN CORO

Edgardo Malaspina

En Coro durante la sesión solemne se habla de la fundación de la ciudad por Juan de Ampíes el 26 de julio de 1527;  de la presencia de Ambrosio Alfínger en 1528; la insurrección   de José Leonardo Chirino en 1795 y de Josefa Camejo, la heroína independentista de la región.  En el descanso conversamos mucho sobre crónicas.

 Botello habla de las memorias de Ramón Páez y del anexo con referencias a la expedición Iturbe. También menciona al Tuerto Vargas y de las curaciones de enfermedades dermatológicas que hacía con el fruto del piñón. El Tuerto, dice Oldman, le regaló unas botas altas de cuero a Rafael Rangel para sus investigaciones en el llano. Fernando habla de Boves y su intento de incendiar a Ortiz. No lo hizo porque una anciana curo sus heridas de combates anteriores y en agradecimiento decidió perdonar al pueblo. 

Fernando nos enseña una oración para vencer a los enemigos: “Virgen de Monte Carmelo, arrópalo con tu manto y barájalo contra suelo”. Es muy efectiva, afirma. 

Héctor, cronista de Siquisiqui, habla extensamente del cocuy, su producción desde la penca hasta su filtración. Ha estudiado profundamente el proceso de destilación y lo ha mejorado notablemente. Dice que este licor tiene propiedades medicinales. Tomo un trago de su cocuy: el olor es el mismo, penetrante y desagradable, pero su sabor es mucho más suave que otros que he probado. Héctor continúa hablando: en los bares de mi pueblo, los sobrados de los tragos se recogen en una copa para brindar a los borrachitos. Ese trago se llama triquilín… 

Anselmo Castillo, cronista de Sanare, estudió para cura, cumplió con todos los requisitos, pero al final no quiso graduarse “por cuestiones de fe”. Explica las propiedades bondadosas  del limón para conservar una buena salud: “El primer día en ayunas se bebe el sumo de un limón, dos en el segundo y así hasta llegar a ingerir el sumo de siete limones; luego se empieza a disminuir la dosis hasta llegar al sumo de un solo limón.”
Adrián Monasterio, cronista de Higuerote, habla de los santos y las creencias con influencia africana. “Eso de que cuando hay santo nuevo, los viejos no hacen milagros es muy sencillo: se le pide a la imagen de un santo y si no cumple se le insulta y se le destroza. Se busca una imagen nueva que por lo general cumple las peticiones”. Luego habla de San Pascual Bailón, quien según él, es el patrono de las mujeres con problemas ginecológicos en los pueblos del Estado Miranda. En la fiesta la mujer, sin prendas íntimas, baila delante del santo. Se le acerca, se levanta la falda y canta: ce y  u cu, ele y o lo”. San Pascual Bailón al rezar se emocionaba tanto que empezaba a bailar.

 Hicimos un recorrido por la ciudad. La Cruz de San Clemente, testigo de la primera misa en América del Sur; el Balcón de Bolívar, donde el Libertador pernoctó en 1826; la estatua de Juan de Ampíes, fundador de la ciudad; el Balcón de Arcaya, casa colonial testigo de muchos hechos históricos; el Museo de Arte de Coro; la casa natal de Alí Primera ;el monumento al primer obispo de Venezuela, Rodrigo de Bastidas; y la casa del doctor Víctor Soto, descubridor de la bilharzia en Venezuela. Luego fuimos a la Vela de Coro, y como en un juego de niños tratamos en la playa  de ubicar el lugar exacto del desembarco de Miranda.

 Otro día  viajamos a los Médanos. Es una inmensa porción de arena silbante en constante movimiento. El viento desgata la roca, la muele y la convierte en polvillo que se acumula y forma ese espacio desértico para que nuestro paisaje nacional no carezca de ninguna manifestación geográfica de la naturaleza. Las dunas y los cactus son parte de ese panorama que a veces nos evoca, de manera lírica,  a la tristeza y la soledad. A la derecha del camino está la capilla de las Ánimas de Guasare. La leyenda dice que allí fue encontrada una osamenta correspondiente a gente que murió durante una hambruna. En busca de comida encontraron la muerte. Como en muchos lugares de  Venezuela, el pueblo convirtió  los huesos en motivo para la veneración religiosa.



















 La carretera es buena. De ambos lados el paisaje lo conforman cujíes y cactos. Chivos y burros son los únicos representantes de la fauna que observo. Vallas con figuras de asnos anuncian el posible peligro de chocar con ellos.