lunes, 5 de diciembre de 2016
sábado, 21 de mayo de 2016
EN MANICUARE. EN LA CASA DE CRUZ SALMERÓN ACOSTA.
EN MANICUARE

Edgardo
Malaspina
En la mañana
recorro las calles de Cumaná y llego hasta la playa. Al lado del teatro Luis Mariano Rivera
una placa nos dice que allí una vez vivió Don Andrés Bello; otra nos informa que en 1820 se realizó la primera cesárea en
América ; otra más nos muestra la impronta de Humboldt ; y una plaza con el
busto de Vargas es la señal de la estancia del sabio médico .Pero el verdadero
banquete literario lo representa la visita a la última morada de Cruz Salmerón
Acosta en Manicuare, adonde nos dirigimos en una pequeña embarcación o
“tapaito” ,para contemplar el mismo mar que le inspiro su inmortal soneto “Azul”.

El guía de la casa-museo , José Pereda, habla
del bardo y sus sufrimientos .Tantos amargos momentos hacen que se encierre en
esa humilde casa. Una casita de apenas dos cuartos: un dormitorio y un baño con
tina para tratarse la lepra con sales y yerbas.
Cruz Salmerón Acosta no quiere
que su novia comparta su destino, no permite que lo visite y sólo la contacta a
través de cartas. Alcanza un estado de sublimación freudiana y se dedica
intensamente a la producción poética. La renuncia al amor de la novia
constituye un inmenso dolor y la describe: “como una adolescente rubia, de
candor angélico y voz con dulce suavidad de arrullo y alegría de gorjeo, y con
unos incomparables ojos azules y tristes como el azul doliente de un país en
exilio”. El azul del cielo, el azul de mar, el azul de los ojos de la
novia crean la atmósfera que impregna el
mencionado poema.
Regreso de Manicuare hasta Araya. Son
sólo quince minutos en auto. El camino,
de rocas, cujíes y cactus es agradable por el aire seco del mar. Contemplo la
laguna de donde se extrae la sal. Visito las ruinas del castillo de Santiago
del Arroyo de Araya. Fue construido por los españoles en el siglo XV para que
los piratas no se robaran la sal. Me siento en un restaurant frente al mar para almorzar y contemplar las olas,
mientras leo un libro que me regaló el poeta Arturo Arturo Álvarez D´ Armas
sobre la vida de Cruz Salmerón: “Vida somera. Cantos al mar, al amor y a la
muerte”. Tiene poemas con fotografías hermosas y habla del poeta ( de la tierra
agreste, del mar y del infortunio )que no pudo recibir con palmadas a su amigo
Andrés Eloy Blanco porque sus manos ya están mutiladas por la lepra y siente
tanto dolor que ya no puede hacer lo que más le gusta : escribir sus poemas.
domingo, 1 de mayo de 2016
EN SAN CRISTOBAL (2009)
EN SAN CRISTOBAL
(2009)
1
Estamos alojados en el hotel Neo-hotel. Parece
redundante la cosa, pero así es. La ubicación es en la avenida Ferrero Tamayo,
apellido de un prominente ciudadano tachirense. Hoy nos reunimos en las
instalaciones de la Universidad del Táchira para ultimar detalles en
congresillos por especialidades de los XIV Juegos Deportivos de Profesores
Universitarios. En la noche son inaugurados los juegos formalmente en el
Gimnasio de Futbol Sala Campeones del
97. Los padrinos son el gobernador del Estado, César Pérez Vivas, y el alcalde
de Maracaibo, Manuel Rosales. Por mi parte, esta es la cuarta vez que visito
esta ciudad; y la tercera que participo en estos juegos. Antes había jugado en
Mérida y Maracaibo.
2
Son las 7 de la mañana. Camino 40 minutos por la avenida hacia la plaza Los
Arbolitos. Allí hay un busto, o simplemente una gran cabeza, que en un
principio pienso es en homenaje a Rómulo Gallegos, pero luego caigo en la
cuenta que es de Ferrero Tamayo. El parecido de ambos personajes es enorme.
Compro el periódico regional La Nación. Sobre nuestros juegos el diario dice: “Color, tradición y deporte
fueron las expresiones que se pusieron de manifiesto en la regia ceremonia
inaugural de los XIV Juegos Nacionales de Asociación de Profesores
Universitarios de Venezuela, JUNAPUV, la cual se llevó a cabo en las
instalaciones del Gimnasio Campeones Mundiales del 97…”
3
A las 10 de la mañana comenzamos a jugar en
el Club Latino, cerca de nuestro hotel. Carlos Valdivieso, Emigdio Vargas y yo
ganamos nuestras partidas contra los representantes de la Universidad Nacional
Abierta.
Carlos, Charles y yo vamos al mercado de San
Cristóbal. Almuerzo con pizca andina. Nos ofrecen miche para degustar. Nos
echamos unos tragos. Probamos una frutilla colombiana llamada uchuva. En la
tarde jugamos con la Universidad Antonio José de Sucre. Valdivieso recibe una
invitación de su amigo, el gobernador para visitarlo en su residencia oficial.
Vamos en la noche. César Pérez Vivas está reunido con sus familiares y amigos.
Hablamos de la situación del país, dice que la pelea es dura. No teme que lo
saquen los oficialista porque no le tiene apego al cargo. Se define como un
político a tiempo completo. Conversamos también sobre los modelos fracasados
del socialismo y vaticina una gran debacle económica para el país. Nos obsequia
con pernil de cochino y ensalada. Bebemos vino tinto.
4
Termino de leer la
biografía de Vicente Salias de Juan Carlos Reyes.
5
Caminé alrededor de una hora. Gané en la
mañana y perdí en la tarde con un viejo maestro del Zulia. Vamos al museo del
Táchira, pero está cerrado. Visitamos el Sambil.
6
Como todos los días, camino. Al encuentro, a
la misma hora viene una señora con su dálmata. La rutina es comprar el
periódico regional, hacer un poco de ejercicios y desayunar con pastelitos de
pollo y jugo de mora. Gano en la mañana y hago tablas en la tarde.
7
Un taxi nos lleva a Capacho. En primer lugar
propongo ir a al Museo de Cipriano Castro. En realidad en un centro cultural
con una sala dedicada a la memoria del político. El cuidador nos dice algunas
cosas han sido robadas. Hay documentos, recortes de periódicos, fotos, unos
sables y objetos personales de Castro. También está su busto. Caminamos por la
calle central, hacia el mercado. Dos grandes leones de bronce lo cuidan .La
plaza con un Bolívar de pie, es hermosa.
Tiene unas casitas para las palomas. Más allá esta otra plaza: la de los
fundadores. Es un conjunto escultórico con las figuras de los hombres que hicieron
posible la fundación y desarrollo del pueblo. En la noche estamos en la Casa
del Profesor. Nos hacen una demostración de la obtención del miche en un
alambique artesanal. Nos echamos unos tragos. Converso con Charles, compañero
de fórmula ajedrecística. Es venezolano-norteamericano. Es descendiente de
Teresa de La Parra y de Antonio Arraiz.
8
Gané en pocas jugadas. Estoy empatado en el
tercer lugar, por la medalla de bronce. El reglamento me relega hasta el cuarto
lugar. En un autobús subimos hasta el Chorro El Indio, un parque natural con
una gran caída de agua. Unos tucanes
cruzan por la espesura de los árboles. Probamos miche de la montaña .En
Peribeca, un pueblo en cierto modo parecido a San Pedro del Río, vamos a la
iglesia. Deambulamos por sus calles solitarias. Las viviendas están pintadas
con colores llamativos y son muy limpias. Un señor, don Pedro, propone que
probemos los miches de su venta. Subimos al segundo piso de su casa, un
verdadero museo de pequeñas y simpáticas cosas. Hacemos una degustación de
miche con rosas, mora, fresa, guayaba, guanábana, limón, ponche crema y otras frutas. Alguien le pide miche de una
botella ubicada en un estante lejano. Pedro va en su búsqueda. Inmediatamente
nos servimos miche de la mesa. Sin voltear, con la viveza de los gochos y entre
risas, espeta: ¡Me están robando¡. En la noche concluyo la lectura de “El
último fantasma” de Eduardo Liendo.
9
Hace bastante frío. Caminamos como siempre
y luego vamos al Museo del Táchira. Está ubicado en una antigua hacienda
llamada Paramillo, cuyos orígenes se remontan a 1593. La casona del museo, que
funciona como tal desde la década de los ochenta del siglo XX, empezó a
construirse en 1750. Allí estuvo un convento de los padres Agustinos. Se llega
al museo por un camino de piedras. Tiene un patio con ladrillos originales, un
jardín, un trapiche y un molino de café. Tiene varias salas como la Ciencias
Naturales , Arqueología, Historia y Tradiciones. Me llama la atención un estuche
para hacer tomas de sangre, usado a principios del siglo XX. El Museo coordina
otros más del Estado, pertenecientes a una red que abarca todos los municipios
del Táchira. De todos los museos regionales que he visitado, este me parece el
más bellamente organizado.
martes, 12 de abril de 2016
EN VALENCIA (2008)
EN
VALENCIA

(2008)
1
Leo el ensayo de Beltrand Rusesell Elogio de la
ociosidad. Está Lleno de expresiones irónicas. Dice que los ociosos
desarrollaron las ciencias y las artes. La clase dominante ociosa de otras
épocas es ahora la elite de las universidades. Reconoce la necesidad del ocio
para poder pensar tranquilamente. Afirma
que más hace el que gasta que quien ahorra, porque el primero genera trabajo,
mientras que el segundo no mueve la economía si retiene su dinero. Propone 4
horas de trabajo. Este ensayo me lleva a buscar otro: El derecho a la pereza de
Paul Lafarge, el suegro de Marx.
2
Me entrevisto en Valencia con el Dr. José Ramón
López Gómez, quien preside la comisión del doctorado en Ciencias Médicas de la Universidad de
Carabobo. Le entrego el borrador de la biografía del Dr. Julio de Armas para
que le haga el prólogo. El fue el alumno predilecto de Julio De Armas. La
oficina del Dr. López está ubicada en el
antiguo manicomio de Bárbula, y el territorio, en general, posee todos esas características magnéticas y
espirituales de los psiquiátricos . Me obsequia su poemario Nocturnal. Leo en
voz alta uno de sus poemas que me llama mucho la atención:
La canción de la Noche :
Los
árboles se han acostado
muy
temprano
y las
estrellas asoman sus
puntos
de luz
para
que los grillos comiencen
pronto
su música
los
cocuyos de luz ensayan
sus
danzas
y la
brisa juguetona peina
las
oscuras espigas
de las
sombras
los
duendes imperceptibles de
la
nada
penetran
el aire cargado de
aromas
y
cantan, cantan, cantan
3
El Dr.
López me invita al Vía Veneto, donde almorzamos. Hablamos de poesía, filosofía
e historia de la medicina.
lunes, 11 de abril de 2016
EN CUMANÁ (2008)
EN
CUMANÁ
(2008)
1
Partimos hacia Cumaná a las cinco de la mañana
para asistir a los XXIX Juegos Deportivos Médicos. Viajo con el doctor Alexis
Castrillo. A las siete estamos en Altagracia de Orituco y desayunamos. Nos
detenemos en Mochima para almorzar. El
lugar es bello, junto al mar, y adornado con una enorme, y aparentemente, muy
vieja ancla.
Ya en
Cumaná nos hospedamos en el hotel Nueva Toledo. No pudimos asistir al desfile
inaugural por lo tarde que llegamos a la ciudad.
2

No son las seis y todo está muy claro. Camino hasta el Colegio de
Médicos. Desde el hotel hasta allá no son más de veinte minutos. Sopla la
brisa, fresca y olorosa a mar.
Nos
corresponde jugar ajedrez con Nueva Esparta. Mi contendor es el Dr. Carlos Anes
de Margarita. Dice que su apellido sólo se encuentra en la isla. Él empieza
ganando, pero me recupero y tomo la delantera. Terminamos haciendo tablas. Creo que pude haber ganado, pero el ajedrez
es como la vida misma: una cacería de oportunidades que muchas veces pasan
delante de nosotros sin que las notemos. Aprendí una lección: en el ajedrez es
mejor ir lento, porque la batalla es de paciencia. Mi error fue intentar ganar
por la vía rápida.
3
A
propósito del ajedrez leo que murió Fischer en Reykiavik, perseguido por el
gobierno norteamericano. Murió atormentado y leyendo en una librería que le
recordaba a su preferida en la infancia en Nueva York. Los libros fueron su
paño de lágrimas.
4
Voy al
centro de la ciudad. Los museos no trabajan. Visito el castillo de San Antonio
de la Eminencia. Diego ,
un sociólogo desempleado, me informa que él forma parte de una asociación de
amigos del castillo. Su trabajo es voluntario. El castillo fue construido en el
siglo XVII para enfrentar los ataques de los piratas. Tiene forma de estrella
de cuatro puntas que indican los puntos cardinales. Desde el
castillo se observa la isla de Margarita, en la lejanía. El guía dice
que el castillo estuvo más cerca del mar, pero que éste se ha ido retirando. “Mi
abuelo fue testigo del último retiro de las aguas en 1929” , afirma con orgullo. El
guía me muestra los bloques con los cuales construyeron el castillo. Habla de
calicantos, corales, etc. Llegamos hasta los cañones oxidados y que fueron
capturados a los piratas. Veo una prensa para hacer tabacos o puros. Era labor
realizada por los soldados para aliviar su situación económica. Más allá los
grillos o cadenas con bolas pesadas; la “prisión del olvido”. Allí el preso era
lanzado a una muerte segura: la tal prisión, sin ventanas, era tan baja, que un
hombre debe estar siempre agachado.
Veo el
cuartucho donde estuvo detenido José Antonio Páez por razones políticas en
1849. Páez se encontraba en el exilio y regresó para tratar de derrocar a José
Tadeo Monagas. Los amigos le habían prometido dinero, hombres y armas para la
restauración. Lo dejaron solo y se rindió. Lo llevaron a Valencia sobre un
caballo castaño. Cubría su cabeza con un sombrero de hule amarillo, y su cuerpo
con una cobija azul. El gobernador de Valencia lo encerró en un calabozo con
pesados grillos. Lo trasladaron a Caracas. Ezequiel Zamora dirigió el traslado.
Ramón Hernández dice que “en el trayecto congregaron gente para que gritara
¡Muera Páez!, que el general de los hombres libres mandaba a sus reclutas a
repetir”.
Le hicieron peticiones a Monagas para que
liberara al Centauro, pero lo envió al castillo de San Antonio de la Eminencia.
Los amigos lo visitaban y las mujeres querían verlo por la ventana del
calabozo.
Páez se enfermó de los pulmones. El calabozo no
permitía la entrada de aire. La gente protestó y lo enviaron al hospital
militar. Monagas lo expulsó del país en 1850, y Páez se embarcó hacia Saint Thomas. Al salir del
castillo de San Antonio de la Eminencia una multitud lo aplaudió por largo rato.
Pienso en estos hechos mientras contemplo la celda lúgubre y fría con unos
grillos sobre unos bloques.
5
Parto a
la iglesia de Santa Inés. Al lado están las ruinas del castillo de Santa María
de la Cabeza ,
construido entre 1669 y 1673. Camino por la calle Sucre. La casa natal de Andrés Eloy Blanco está
cerrada. Al lado está la residencia del gobernador, y al frente las ruinas de
la gobernación construida en 1930 e incendiada en 1998.
En la tarde voy a la playa San Luis, muy cerca
del hotel. Llego a las tres y tanto. Pido pescado y me traen corocoro. Leo la
biografía de Andrés Eloy Blanco. Oscurece mientras leo y no tengo tiempo de
echarme un baño.
6
Camino
con el Dr. Navis Márquez por la avenida Universidad de Oriente. Juego ajedrez
con el representante de Aragua. Hacemos
tablas. Voy a la casa de José Ramos Sucre. El
solariego lar de José Antonio Ramos Sucre, considerado el
iniciador de la modernidad literaria venezolana, es una casona amplia. Allí se
siente la presencia del bardo trágico de
giros deslumbrantes, hermosos y misteriosos. Allí están sus enseres, sus
libros, fuentes de historias, mitos y leyendas que poblaron su maravilloso
mundo poético. Visito la casa
natal de Andrés Eloy Blanco con el escritorio hecho por el propio vate, el consultorio médico de
su padre y los viejos tomos en la biblioteca (“ ¡Mi casona oriental! Aquella
casa/con claustros coloniales, portón y enredaderas/ “), todo celosamente
cuidado por el amable guía; y el patio
donde crece, un descendiente en
quinta generación del “gran parral que daba todo el año uvas más dulces que la
miel de abejas”. Y entonces recordé a mi
maestra de primaria, Dalila de Arbeláez , cuando me enseñó a recitar los versos
de La Hija de
Jairo: “y Ella se alzó, delgada de martirio,/ y una voz le subió por la
garganta/ como una abeja que abandona un lirio”.
7
En la
mañana hago una caminata hasta la playa. Juego ajedrez y gano. Recorro la
ciudad. Al lado del teatro Luis Mariano Rivera una placa nos dice que allí una
vez vivió Don Andrés Bello; otra nos
informa que en 1820 se realizó la
primera cesárea en América ; otra más nos muestra la impronta de Humboldt ; y
una plaza con el busto de Vargas es la señal de la estancia del sabio médico
.Pero el verdadero banquete literario lo representa la visita a la última
morada de Cruz Salmerón Acosta en Manicuare, a donde nos dirigimos en una
pequeña embarcación o Tapaito ,para contemplar el mismo mar que le inspiro su
inmortal soneto Azul y oír al guía , José Pereda, habla del bardo y sus
sufrimientos
.Tantos amargos momentos hacen que se encierre en esa humilde casa. Una casita
de apenas dos cuartos: un dormitorio y un baño con tina para tratarse la lepra
con sales y yerbas. C. S no quiere que
su novia comparta su destino, no permite que lo visite y sólo la contacta a
través de cartas. Alcanza un estado de sublimación freudiana y se dedica
intensamente a la producción poética. La renuncia al amor de la novia
constituye un inmenso dolor y la describe: “como una adolescente rubia, de
candor angélico y voz con dulce suavidad de arrullo y alegría de gorjeo, y con
unos incomparables ojos azules y tristes como el azul doliente de un país en
exilio”. El azul del cielo, el azul de mar, el azul de los ojos de la
novia crean la atmósfera que impregna el
mencionado poema.
Regreso. De Manicuare hasta Araya hay sólo 15 minutos en auto. El
camino, de rocas , cujies y cactus es agradable por el aire seco del mar.
Contemplo la laguna de donde se extrae la sal. Visito las ruinas del castillo
de Santiago del Arroyo de Araya. Fue construido por los españoles en el siglo
XV para que los piratas no se robaran la sal. Me siento en el restaurant Araya
Mar para almorzar y contemplar las olas.
8
Llego hasta donde se supone estuvo la casa donde nació el general Sucre.
Pero no hay ningún monumento porque el sitio no ha sido precisado. El Museo de
Gran Mariscal de Ayacucho es amplio. Allí está su partida de nacimiento y
algunas pertenencias de su esposa. Ceno en la playa mientras leo la biografía
de Andrés Eloy Blanco.
9
Me despierto a las tres de la madrugada. Continúo la lectura de la
biografía de AEB. Por la ventana penetra la
brisa marina y el ruido de las olas. A las seis camino hasta la playa.
Unos pescadores laboran desde una pequeña embarcación. Lanzan la red y recogen
muchos peces. En la playa hay muchos perros que no dejan de ladrar nunca.
Me dirijo al Museo del Mar. Se nos atraviesa
un entierro. El silencio es sepulcral, en correspondencia con el momento. El
taxista dice: “Es de gente decente”. Luego nos encontramos con otro cortejo
fúnebre. La gente acompaña al difunto con música y aguardiente. El taxista
habla nuevamente: “Es de malandros”.
En el museo hay varias colecciones de fósiles y esqueletos de ballenas y
otros animales marinos. La atracción principal es el celacanto, un pez fósil que vivió hace 400
millones de años.
domingo, 3 de abril de 2016
EN EL CASTILLO SAN ANTONIO DE LA EMINENCIA (2008)

Edgardo Malaspina
En Cumaná visito el castillo de San Antonio de
la Eminencia. Diego, un sociólogo desempleado, me informa que él forma parte de
una asociación de amigos del castillo. Su trabajo es voluntario. El castillo
fue construido en el siglo XVII para enfrentar los ataques de los piratas.
Tiene forma de estrella de cuatro puntas que indican los puntos cardinales.
Desde el castillo se observa la isla de
Margarita, en la lejanía. El guía dice que el castillo estuvo más cerca del
mar, pero que éste se ha ido retirando. ”Mi abuelo fue testigo del último
retiro de las aguas en 1929” ,
afirma con orgullo.
El guía
me muestra los bloques con los cuales construyeron el castillo. Habla de
calicantos, corales, etc. Llegamos hasta los cañones oxidados y que fueron
capturados a los piratas. Veo una prensa para hacer tabacos o puros. Era labor
realizada por los soldados para aliviar su situación económica. Más allá los
grillos o cadenas con bolas pesadas; la “prisión del olvido”. Allí el preso era
lanzado a una muerte segura: la tal prisión, sin ventanas, era tan baja, que un
hombre debe estar siempre agachado.
Veo el cuartucho donde estuvo detenido José
Antonio Páez por razones políticas en 1849. Páez se encontraba en el exilio y
regresó para tratar de derrocar a José Tadeo Monagas. Los amigos le habían
prometido dinero, hombres y armas para la restauración. Lo dejaron solo y se
rindió. Lo llevaron a Valencia sobre un caballo castaño. Cubría su cabeza con
un sombrero de hule amarillo, y su cuerpo con una cobija azul. El gobernador de
Valencia lo encerró en un calabozo con pesados grillos. Lo trasladaron a
Caracas. Ezequiel Zamora dirigió el traslado. Ramón Hernández dice que “en el
trayecto congregaron gente para que gritara ¡Muera Páez!, que el general de los
hombres libres mandaba a sus reclutas a repetir”.
Le hicieron peticiones a Monagas para que
liberara al Centauro, pero lo envió al castillo de San Antonio de la Eminencia.
Los amigos lo visitaban y las mujeres querían verlo por la ventana del
calabozo.
Páez se enfermó de los pulmones. El calabozo no
permitía la entrada de aire. La gente protestó y lo enviaron al hospital
militar. Monagas lo expulsó del país en 1850, y Páez se embarcó hacia Saint Thomas. Al salir del
castillo de San Antonio de la Eminencia una multitud lo aplaudió por largo
rato. Pienso en estos hechos mientras contemplo la celda lúgubre y fría con
unos grillos sobre unos bloques.
viernes, 1 de abril de 2016
EN LA CASA BELLO
EN LA CASA BELLO
(2008)
Edgardo Malaspina
1
En Caracas me encuentro a Sael
Ibáñez, Director de la Revista Cultural, quien
me invita a la Casa Bello. Hablamos de su obra, tanto en prosa como en
verso. Le digo que tiene una obsesión por la lluvia. Es cierto, dice. Alguien
habla de “Por quién doblan las campanas” y recuerda que Hemigway se inspiró en
un poema.
2
Hablamos de los libros que hemos leído últimamente. Me refiero a
Bartleby el escribiente de Herman Melvilla Es un relato triste. Tal vez se
trate del estado de ánimo que embarga a un desempleado. Bartleby se niega a trabajar
de copista , que es su nuevo trabajo. Es
botado pero se queda en el sitio de labor. El dueño de la oficina se muda, pero
B se niega a abandonarla. Interviene la policía. B no come y muere. Luego se
explica que había sido despedido de la Oficina de Cartas Muertas (cartas que
nunca llegaron a su destino y son destruidas). Una frase me llama la atención:
-Las horas más frías y más sabias son las de la
mañana.
3
Volvemos al tema de la obra de Sael y
recitamos su poema “La noche” , porque
me parece filosófico:
La
noche proclama
su nombradía
en el silencio
de la progenie
Se toca, se puede tocar
la doblez del universo
minucioso equilibrio
de luz y sombra.
Espacio-tiempo
de sentimientos que piensan
equívoca templanza
puerta que permite entrar
“a la ciudad de las ideas”.
Se puede estar detenido en medio
del infinito en la noche frugal
si la interrupción del mundo
siempre atento
no vuelve deleznable lo que
es justa ley
aspira rozar el ámbito de
la Divinidad.
La atención toma asiento
en el lugar donde confluyen
los recorridos
para deslindar, para verificar
ganancias y parabienes.
4

Una vez le preguntaron al pintor Vigas si creía en Dios. Inmediatamente
contestó:
-De día no, de noche sí creo.
Y es que la noche es portadora de la
paradoja que consiste en que aun durmiendo acompañados estamos solos. Entonces
en ese reino de sueños e ilimitada imaginación
la conciencia hace sus balances.
5
Como estamos en la Casa Bello
hablamos también de nuestro héroe civil más prominente. Recuerdo que leí el
libro de Rafael Caldera sobre don Andrés Bello, considerada una de las mejores
biografías del mismo. No olvido ese libro por la forma sencilla pero a la vez
profunda y reflexiva de la escritura del joven Caldera (apenas tenía 19 años
cuando la escribió). Caldera habla del Bello humanista, filósofo, filólogo,
pedagogo e historiador.
6
Me despido de Sael Ibañez y
compró el periódico. Leo el primer párrafo que se cruza con mi vista:
-La monogamia no existe en la naturaleza. Hasta los cisnes son infieles.
Las parejas de animales tienen hijos de otros hasta en un 70 %.. Eso fue
comprobado con investigaciones de ADN. Hay un gusano platelminto, el diplozoom
paradoxum, que vive en las branquias de los peces de agua dulce que es muy
fiel. La hembra y el macho fusionan sus cuerpos hasta la muerte. El profesor de
sicología de la
Universidad de Washington en Seattle, David Barash afirma:
“Los infantes tiene su infancia y los adultos, el adulterio”.
sábado, 26 de marzo de 2016
EN EL PANTEÓN NACIONAL (2008)
EN EL
PANTEÓN NACIONAL
(2008)
Edgardo
Malaspina
1
Viajo a Caracas y leo un pensamiento de
Sthephen King:“Sólo los libros de la biblioteca hablan con tal elocuencia muda
de la influencia que las buenas historias ejercen sobre nosotros, de la
permanencia inalterable y silenciosa de las buenas historias frente a la
naturaleza efímera de los pobres mortales”.
Miro por la ventanilla del bus y regreso la mirada al periódico. En una
nota literaria se habla de la vejez:
“La vejez no es una lucha. La vejez es una masacre. Sólo hay una receta
contra el envejecimiento: aceptar las pérdidas y sacar el mayor provecho de lo que
nos queda”. (Philip Roth en la novela Everyman)
2
Estoy
sentado en la plaza del Panteón Nacional. Espero que abran las puertas del
Perro y la Rana. El
presidente, profesor Miguel Márquez, me invitó para revisar mi Manual de
Historia de la Medicina. Pero
los vigilantes me dicen que no trabajarán porque les cortaron el servicio de
electricidad. Es decir, en ese recinto de poetas y escritores no hay luz;
y eso me recuerda un poema que leí hace
años. Más o menos dice:
Yo soy
el hombre
amo de
las tinieblas y la luz
pero la
luz a veces me la cortan .
No recuerdo la continuación; pero si le cortan la luz lo dejan en tinieblas.
3
Le dejo
el libro a Márquez con los porteros y me dirijo al Panteón Nacional para
echarle una mirada a la lista de médicos participantes en la guerra de
independencia que acompaña a Vargas en su tumba.
4
Juan Domingo del Sacramento de Infante
construyó, en más de 36 años, lo que hoy conocemos como el Panteón Nacional.
Era pardo y por eso le negaron la entrada en la Orden de los Hermanos
Trinitarios. No se permitió hacer actividad religiosa, ni pedir limosna, ni
vestir el hábito. Se sublimó e hizo su gran obra espiritual: la iglesia de la Santísima Trinidad ,
la cual inició en 1744 y fue consagrada
como tal en 1783.JDS murió en 1870 y fue enterrado en el altar mayor de la
iglesia.
Bolívar
a los tres meses de haber nacido fue presentado en la esa iglesia y ocho años
más tarde tomó su Primera Comunión.
El
terremoto de 1812 destruyó casi toda la estructura del templo. Bolívar visitó
sus ruinas en 1827.En 1875 la iglesia de
la Santísima
Trinidad de Caracas fue transformada en Panteón Nacional por
decreto de Antonio Guzmán Blanco, y en 1876 los restos de Bolívar fueron
colocados allí. Los lienzos del techo los hizo Tito Salas y reflejan parte de
la historia del país.
5
Medito ante la tumba del Libertador. Voy a la
de José María Vargas. Desde el inicio de la lucha por la Independencia (1811) hasta su logro con la Batalla de
Carabobo(1821) participaron del bando patriota ciento diez médicos (se cuentan
los criollos y los extranjeros). Busqué las lápidas de Francisco Lazo Martí (único guariqueño), Luis
Razetti ,Rafael Rangel y Francisco Antonio Risquez.

5
Me llamó
la atención un hecho insólito: en la hoja que muestran a los visitantes dice
sobre el cenotafio de Andrés Bello que se trata del “gran humorista de
América”. Hablo con cronista o encargado de las visitas del Panteón y le sugiero que es un gran error
porque en realidad debe decir “gran humanista”.
¡Andrés
Bello humorista!. No recuerdo donde leí que Don Simón Rodríguez aseguraba que
Andrés Bello nunca se reía, y si lo hacía era sólo para celebrar una de sus
anécdotas (las de Rodríguez, por supuesto, quien si tenía chispa de humorista,
aunque cáustico).
6
Salgo y continuó con mis lecturas. Me encuentro
con dos frases que parecen tener relación:
“Ser neutral es una
irresponsabilidad y una cobardía. En el complejo momento que vivimos, debemos
involucrarnos como ciudadanos”(César Miguel Rondón)
“El poeta y el escritor no pueden negarse al
compromiso (político), pero tampoco deben andar detrás de él”
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