EDGARDO MALASPINA EN LA CASA DE ANDRÉS ELOY BLANCO EN CUMANÁ

EDGARDO MALASPINA EN LA CASA DE ANDRÉS ELOY BLANCO EN CUMANÁ

domingo, 1 de mayo de 2016

EN SAN CRISTOBAL (2009)


EN SAN CRISTOBAL
(2009)
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 Estamos alojados en el hotel Neo-hotel. Parece redundante la cosa, pero así es. La ubicación es en la avenida Ferrero Tamayo, apellido de un prominente ciudadano tachirense. Hoy nos reunimos en las instalaciones de la Universidad del Táchira para ultimar detalles en congresillos por especialidades de los XIV Juegos Deportivos de Profesores Universitarios. En la noche son inaugurados los juegos formalmente en el Gimnasio de Futbol Sala  Campeones del 97. Los padrinos son el gobernador del Estado, César Pérez Vivas, y el alcalde de Maracaibo, Manuel Rosales. Por mi parte, esta es la cuarta vez que visito esta ciudad; y la tercera que participo en estos juegos. Antes había jugado en Mérida y Maracaibo.

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  Son las 7 de la mañana. Camino   40 minutos por la avenida hacia la plaza Los Arbolitos. Allí hay un busto, o simplemente una gran cabeza, que en un principio pienso es en homenaje a Rómulo Gallegos, pero luego caigo en la cuenta que es de Ferrero Tamayo. El parecido de ambos personajes es enorme. Compro el periódico regional La Nación. Sobre nuestros juegos  el diario dice: “Color, tradición y deporte fueron las expresiones que se pusieron de manifiesto en la regia ceremonia inaugural de los XIV Juegos Nacionales de Asociación de Profesores Universitarios de Venezuela, JUNAPUV, la cual se llevó a cabo en las instalaciones del Gimnasio Campeones Mundiales del 97…”
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  A las 10 de la mañana comenzamos a jugar en el Club Latino, cerca de nuestro hotel. Carlos Valdivieso, Emigdio Vargas y yo ganamos nuestras partidas contra los representantes de la Universidad Nacional Abierta.
  Carlos, Charles y yo vamos al mercado de San Cristóbal. Almuerzo con pizca andina. Nos ofrecen miche para degustar. Nos echamos unos tragos. Probamos una frutilla colombiana llamada uchuva. En la tarde jugamos con la Universidad Antonio José de Sucre. Valdivieso recibe una invitación de su amigo, el gobernador para visitarlo en su residencia oficial. Vamos en la noche. César Pérez Vivas está reunido con sus familiares y amigos. Hablamos de la situación del país, dice que la pelea es dura. No teme que lo saquen los oficialista porque no le tiene apego al cargo. Se define como un político a tiempo completo. Conversamos también sobre los modelos fracasados del socialismo y vaticina una gran debacle económica para el país. Nos obsequia con pernil de cochino y ensalada. Bebemos vino tinto.
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Termino de leer la biografía de Vicente Salias de Juan Carlos Reyes.

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 Caminé alrededor de una hora. Gané en la mañana y perdí en la tarde con un viejo maestro del Zulia. Vamos al museo del Táchira, pero está cerrado. Visitamos el Sambil.

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   Como todos los días, camino. Al encuentro, a la misma hora viene una señora con su dálmata. La rutina es comprar el periódico regional, hacer un poco de ejercicios y desayunar con pastelitos de pollo y jugo de mora. Gano en la mañana y hago tablas en la tarde.
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 Un taxi nos lleva a Capacho. En primer lugar propongo ir a al Museo de Cipriano Castro. En realidad en un centro cultural con una sala dedicada a la memoria del político. El cuidador nos dice algunas cosas han sido robadas. Hay documentos, recortes de periódicos, fotos, unos sables y objetos personales de Castro. También está su busto. Caminamos por la calle central, hacia el mercado. Dos grandes leones de bronce lo cuidan .La plaza con un Bolívar  de pie, es hermosa. Tiene unas casitas para las palomas. Más allá esta otra plaza: la de los fundadores. Es un conjunto escultórico con las figuras de los hombres que hicieron posible la fundación y desarrollo del pueblo. En la noche estamos en la Casa del Profesor. Nos hacen una demostración de la obtención del miche en un alambique artesanal. Nos echamos unos tragos. Converso con Charles, compañero de fórmula ajedrecística. Es venezolano-norteamericano. Es descendiente de Teresa de La Parra y de Antonio Arraiz.

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  Gané en pocas jugadas. Estoy empatado en el tercer lugar, por la medalla de bronce. El reglamento me relega hasta el cuarto lugar. En un autobús subimos hasta el Chorro El Indio, un parque natural con una gran  caída de agua. Unos tucanes cruzan por la espesura de los árboles. Probamos miche de la montaña .En Peribeca, un pueblo en cierto modo parecido a San Pedro del Río, vamos a la iglesia. Deambulamos por sus calles solitarias. Las viviendas están pintadas con colores llamativos y son muy limpias. Un señor, don Pedro, propone que probemos los miches de su venta. Subimos al segundo piso de su casa, un verdadero museo de pequeñas y simpáticas cosas. Hacemos una degustación de miche con rosas, mora, fresa, guayaba, guanábana, limón, ponche crema  y otras frutas. Alguien le pide miche de una botella ubicada en un estante lejano. Pedro va en su búsqueda. Inmediatamente nos servimos miche de la mesa. Sin voltear, con la viveza de los gochos y entre risas, espeta: ¡Me están robando¡. En la noche concluyo la lectura de “El último fantasma” de Eduardo Liendo.

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     Hace bastante frío. Caminamos como siempre y luego vamos al Museo del Táchira. Está ubicado en una antigua hacienda llamada Paramillo, cuyos orígenes se remontan a 1593. La casona del museo, que funciona como tal desde la década de los ochenta del siglo XX, empezó a construirse en 1750. Allí estuvo un convento de los padres Agustinos. Se llega al museo por un camino de piedras. Tiene un patio con ladrillos originales, un jardín,  un trapiche y un molino de  café. Tiene varias salas como la Ciencias Naturales , Arqueología, Historia y Tradiciones. Me llama la atención un estuche para hacer tomas de sangre, usado a principios del siglo XX. El Museo coordina otros más del Estado, pertenecientes a una red que abarca todos los municipios del Táchira. De todos los museos regionales que he visitado, este me parece el más bellamente  organizado.




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