EDGARDO MALASPINA EN LA CASA DE ANDRÉS ELOY BLANCO EN CUMANÁ

EDGARDO MALASPINA EN LA CASA DE ANDRÉS ELOY BLANCO EN CUMANÁ

domingo, 3 de abril de 2016

EN EL CASTILLO SAN ANTONIO DE LA EMINENCIA (2008)

EN EL CASTILLO SAN ANTONIO DE LA EMINENCIA
Edgardo Malaspina
En Cumaná visito el castillo de San Antonio de la Eminencia. Diego, un sociólogo desempleado, me informa que él forma parte de una asociación de amigos del castillo. Su trabajo es voluntario. El castillo fue construido en el siglo XVII para enfrentar los ataques de los piratas. Tiene forma de estrella de cuatro puntas que indican los puntos cardinales. Desde el  castillo se observa la isla de Margarita, en la lejanía. El guía dice que el castillo estuvo más cerca del mar, pero que éste se ha ido retirando. ”Mi abuelo fue testigo del último retiro de las aguas en 1929”, afirma con orgullo.


 El guía me muestra los bloques con los cuales construyeron el castillo. Habla de calicantos, corales, etc. Llegamos hasta los cañones oxidados y que fueron capturados a los piratas. Veo una prensa para hacer tabacos o puros. Era labor realizada por los soldados para aliviar su situación económica. Más allá los grillos o cadenas con bolas pesadas; la “prisión del olvido”. Allí el preso era lanzado a una muerte segura: la tal prisión, sin ventanas, era tan baja, que un hombre debe estar siempre agachado.
  Veo el cuartucho donde estuvo detenido José Antonio Páez por razones políticas en 1849. Páez se encontraba en el exilio y regresó para tratar de derrocar a José Tadeo Monagas. Los amigos le habían prometido dinero, hombres y armas para la restauración. Lo dejaron solo y se rindió. Lo llevaron a Valencia sobre un caballo castaño. Cubría su cabeza con un sombrero de hule amarillo, y su cuerpo con una cobija azul. El gobernador de Valencia lo encerró en un calabozo con pesados grillos. Lo trasladaron a Caracas. Ezequiel Zamora dirigió el traslado. Ramón Hernández dice que “en el trayecto congregaron gente para que gritara ¡Muera Páez!, que el general de los hombres libres mandaba a sus reclutas a repetir”.

Le hicieron peticiones a Monagas para que liberara al Centauro, pero lo envió al castillo de San Antonio de la Eminencia. Los amigos lo visitaban y las mujeres querían verlo por la ventana del calabozo.






Páez se enfermó de los pulmones. El calabozo no permitía la entrada de aire. La gente protestó y lo enviaron al hospital militar. Monagas lo expulsó del país en 1850, y Páez  se embarcó hacia Saint Thomas. Al salir del castillo de San Antonio de la Eminencia una multitud lo aplaudió por largo rato. Pienso en estos hechos mientras contemplo la celda lúgubre y fría con unos grillos sobre unos bloques.



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