EDGARDO MALASPINA EN LA CASA DE ANDRÉS ELOY BLANCO EN CUMANÁ

EDGARDO MALASPINA EN LA CASA DE ANDRÉS ELOY BLANCO EN CUMANÁ

sábado, 26 de marzo de 2016

EN EL PANTEÓN NACIONAL (2008)

EN EL PANTEÓN NACIONAL
(2008)
Edgardo Malaspina
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Viajo a Caracas y leo un pensamiento de Sthephen King:“Sólo los libros de la biblioteca hablan con tal elocuencia muda de la influencia que las buenas historias ejercen sobre nosotros, de la permanencia inalterable y silenciosa de las buenas historias frente a la naturaleza efímera de los pobres mortales”.  Miro por la ventanilla del bus y regreso la mirada al periódico. En una nota literaria se habla de la vejez:   “La vejez no es una lucha. La vejez es una masacre. Sólo hay una receta contra el envejecimiento: aceptar las pérdidas y sacar el mayor provecho de lo que nos queda”. (Philip Roth en la novela Everyman)
2
  Estoy sentado en la plaza del Panteón Nacional. Espero que abran las puertas del Perro y la Rana. El presidente, profesor Miguel Márquez, me invitó para revisar mi Manual de Historia de la Medicina. Pero los vigilantes me dicen que no trabajarán porque les cortaron el servicio de electricidad. Es decir, en ese recinto de poetas y escritores no hay luz; y  eso me recuerda un poema que leí hace años. Más o menos dice:

Yo soy el hombre
amo de las tinieblas y la luz
pero la luz a  veces me la cortan .

No recuerdo la continuación; pero si  le cortan la luz lo dejan en tinieblas.
3

  Le dejo el libro a Márquez con los porteros y me dirijo al Panteón Nacional para echarle una mirada a la lista de médicos participantes en la guerra de independencia  que acompaña a  Vargas en su tumba.
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Juan Domingo del Sacramento de Infante construyó, en más de 36 años, lo que hoy conocemos como el Panteón Nacional. Era pardo y por eso le negaron la entrada en la Orden de los Hermanos Trinitarios. No se permitió hacer actividad religiosa, ni pedir limosna, ni vestir el hábito. Se sublimó e hizo su gran obra espiritual: la iglesia de la Santísima Trinidad, la cual inició en 1744 y fue  consagrada como tal en 1783.JDS murió en 1870 y fue enterrado en el altar mayor de la iglesia.
 Bolívar a los tres meses de haber nacido fue presentado en la esa iglesia y ocho años más tarde tomó su Primera Comunión.
    El terremoto de 1812 destruyó casi toda la estructura del templo. Bolívar visitó sus ruinas en 1827.En 1875  la iglesia de la Santísima Trinidad de Caracas fue transformada en Panteón Nacional por decreto de Antonio Guzmán Blanco, y en 1876 los restos de Bolívar fueron colocados allí. Los lienzos del techo los hizo Tito Salas y reflejan parte de la historia del país.
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Medito ante la tumba del Libertador. Voy a la de   José María Vargas. Desde el inicio de la lucha por la Independencia  (1811) hasta su logro con la Batalla de Carabobo(1821) participaron del bando patriota ciento diez médicos (se cuentan los criollos y los extranjeros). Busqué las lápidas de  Francisco Lazo Martí (único guariqueño), Luis Razetti ,Rafael Rangel y Francisco Antonio Risquez.
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 Me llamó la atención un hecho insólito: en la hoja que muestran a los visitantes dice sobre el cenotafio de Andrés Bello que se trata del “gran humorista de América”. Hablo con cronista o encargado de las visitas  del Panteón y le sugiero que es un gran error porque en realidad debe decir “gran humanista”.
 ¡Andrés Bello humorista!. No recuerdo donde leí que Don Simón Rodríguez aseguraba que Andrés Bello nunca se reía, y si lo hacía era sólo para celebrar una de sus anécdotas (las de Rodríguez, por supuesto, quien si tenía chispa de humorista, aunque cáustico).

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Salgo y continuó con mis lecturas. Me encuentro con dos frases que parecen tener relación:
 “Ser neutral es una irresponsabilidad y una cobardía. En el complejo momento que vivimos, debemos involucrarnos como ciudadanos”(César Miguel Rondón)

“El poeta y el escritor no pueden negarse al compromiso (político), pero tampoco deben andar detrás de él”
(Jorge Edgard)









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